domingo, 20 de abril de 2014

Ha pasado un tiempo...

...pero hemos regresado. No fue tan pronto, pero estamos de vuelta. En Música Para Sentir comenzamos esta nueva etapa retomando lo que habíamos prometido.

¿Cómo reacciona nuestro cerebro frente a la música? ¿Qué importancia tiene ella para los seres humanos?

Está demostrado científicamente que la música puede ser un medio para alcanzar un estado emotivo en particular: si queremos relajarnos y estar tranquilos, seleccionamos música apropiada para entrar en ese estado. Pero si queremos animarnos y ponernos en movimiento, elegimos música más enérgica. Además, como es un medio emotivo, la música nos produce reacciones emotivas y nuestra memoria emotiva se relaciona con ella. Entonces, si más tarde escuchamos esa misma música, nos servirá como mecanismo de recuperación de un recuerdo y de las emociones que lo acompañaban.
Por otra parte, el cerebro de cada individuo busca algo diferente, y la música es capaz de satisfacer las necesidades de cada uno. No importa cuáles sean nuestros gustos musicales, todos buscamos verdades emotivas que sólo la música nos puede proporcionar. Si nos gusta lo que escuchamos, nuestro cerebro produce sustancias químicas de bienestar llamadas endorfinas, que transforman la experiencia de escuchar música en placer.
Todos estos datos están probados científicamente y son extractos de la investigación presentada en "Mi Cerebro Musical" (National Geographic - 2009), documental en el que participan los neurólogos Daniel Levitin y Petr Janata, el médico Charles Limb y el músico Sting (al que dedicaremos un post aparte).
De esta manera, la ciencia demuestra lo importante que es la música para los seres humanos y cómo está relacionada con las emociones y los recuerdos. Así también la consideramos aquí, en Música Para Sentir: la música nos transmite mucho más que sonidos. Por eso no sólo se escucha, también se siente.